3- Sobre los misterios mayas

 pacal1

-diálogos con Giordano Bruno-

 

PAZ: Buenas noches, Giordano. De nuestra conversación anterior ha quedado flotando en el aire una duda que creo importante exponer ahora que nos encontramos de nuevo. Dijiste entonces que los poderes establecidos han tenido acceso a información interdimensional. Mucha gente ha enviado sus preguntas y quieren saber sí, al acceder a las dimensiones superiores, podrán darse el gusto de tener muchas mujeres, ser multimillonarios, viajar a la Polinesia, ganar elecciones presidenciales, etc.

BRUNO. Podrán hacer todas esas cosas y muchas más.

PAZ: ¿No existe el peligro de que algunos pudieran utilizar el conocimiento de la creación consciente de la realidad para fines exclusivamente personales?

BRUNO: ¿Y para que otra cosa podrían utilizarlo? No hay nada que temer al hacer un llamamiento a que cada uno cumpla hasta el más pequeño de sus sueños personales, puesto que la gran mayoría de los humanos sólo desean amar, ser amados, jugar a sus juegos favoritos y realizar alguna actividad cotidiana gratificante y libremente elegida. Habrá una pequeña minoría que quizás prefiera matar, robar y aprovecharse de los demás, pero está en vuestras manos impedírselo, en principio negándoos a participar en el guión que os proponen y, si deciden volverse muy poderosos, no dándoles ningún papel en vuestro propio guión. Pero también podría ocurrir, para sorpresa de muchos, que hombres con la capacidad de hacerlo no quieran ser ya representantes del viejo orden, y emprendan a su vez la aventura de renunciar a la fascinación del mundo externo, de aprender a dominarse a sí mismos en lugar de a los demás, y comenzar a amar de una vez por todas, integrándose a la totalidad y logrando, por el módico precio de un reino o una fortuna, convertirse en dueños absolutos de todo el Universo. Sólo tendrán que entender que en todo caso ya no se tratará solo de ellos sino de la humanidad toda, porque está en la naturaleza de la Gran Obra que representáis, que una vez que el ser verdadero se unifica en Dios, la única modalidad de Iluminación que lo deja satisfecho es la compartida.

PAZ: ¿En base a qué mecanismo uno deja de concentrarse en sus deseos personales y comienza a trabajar en pos de los colectivos?

BRUNO: Por cada deseo realizado del orden personal, se os otorga una serie de créditos en unidades de regocijo, moneda de cambio fundamental a la hora de invertir en vuestra participación en la realización de los deseos del orden universal. Con toda esa energía liberada, podréis construir por fin las bases económicas, culturales y sociales que serán el orgullo de vuestro Sistema Solar. Esto en cuanto a los humanos. En cuánto a los animales, es preciso decir que ellos diariamente satisfacen sus deseos y por ello no están implicados en guerras ni en grandes operaciones de manipulación. Los únicos que aún no han podido cumplirlos son aquellos que anhelan fervientemente que los dejen salir vivos de sus jaulas y corrales. Una vez liberado el ser cuatridimensional que sois preso en la materia, la amnistía general a los animales cautivos podría ser así vuestro magnánimo acto inaugural de gobierno planetario, como hacían los grandes reyes antiguos cuando accedían al trono y le otorgaban a todos los presos una nueva oportunidad, haciendo explícita así su intención de dar comienzo a una nueva era.

PAZ: Si el ser cuatridimensional está preso en la materia, ¿de qué esta compuesta la cuarta dimensión?

BRUNO: La cuarta dimensión es esto mismo que estáis viviendo, pero desde otro foco de observación, con otra calidad de presencia. No es algo previamente formado, sino que se origina cada vez que alguno de los habitantes de la tercera dimensión lleva a cabo una verdadera revolución al transformarse radicalmente a sí mismo. El nuevo estado de conciencia, siempre que se comparta con los demás, trae consigo el descubrimiento irrefutable de estar todos cohabitando una nueva y fresca energía que une al Universo. Todos sus integrantes comienzan, desde entonces, a volverse interdependientes entre sí.

PAZ: ¿Por qué es tan importante esta idea de las dmensiones?

BRUNO: Su importancia radica en que el actual proceso evolutivo está fundamentado en la existencia de varias dimensiones habitadas por fragmentos vuestros, y en la posibilidad de entablar relación y comunicación directa entre quien sois en la tercera dimensión y vuestros guías, o más bien quienes sois en cuarta dimensión. A partir de aquí, comienza el contacto con ángeles, arcángeles, maestros ascendidos y otras entidades a menudo colectivas que sois en quinta dimensión. Más allá, el contacto puede extenderse hasta el Absoluto que todo lo contiene y que, en última instancia, es lo que mejor define a cada uno de vosotros.

PAZ: ¿Qué hay de los extraterrestres?

BRUNO: Los extraterrestres constituyen el último “boom” en la materia. Ahora bien, sin negarle para nada realidad a la existencia de todos los mundos posibles dentro de este infinito Universo en constante creación, es preciso decir que básicamente todas las entidades sois vosotros mismos. No vosotros en tanto egos tridimensionales, sino vosotros como principio, causa y destino de todos los universos.

PAZ: Giordano, con todo respeto, pero quizás no resulte conveniente decirle a los lectores que los extraterrestres son ellos mismos. Hay ciertos aspectos comerciales que hay que cuidar.

BRUNO: Sin embargo, será todo un éxito el que dejéis de buscar extraterrestres en los cielos y comencéis a hacerlo en los espejos, pues entonces os fundiréis con todo el cielo ya sin reflejos inconscientes de vuestra propia y magnánima identidad. Pondré énfasis en esto: los únicos ángeles y los únicos extraterrestres y los únicos hombres y mujeres que hay sois vosotros mismos cuando comenzáis a atraer las partes vuestras de las que antaño os habéis distanciado, y a comunicaros por fin con ellas, puesto que todas las partes tienen tanto para contar y aportar a la totalidad que sois. Es hora de que descubráis que el noventa por ciento del cerebro que no utilizáis, es exactamente lo mismo que la materia negra interestelar aún no explorada ni comprendida en la que los otros, con o sin cuerpo físico, no son otros que vosotros.

PAZ: Creo que empiezo a comprender lo que decís. Por lo mismo: ¿querrías contarme un poco cómo eras vos en tu época renacentista?

BRUNO: Bien, yo era extremadamente curioso. Pronto comprendí, tras los muros del monasterio dominico donde vivía, que un mundo misterioso se extendía más allá, en cada posada, en cada bosque, en cada entidad del Universo que buscase comunicarse con otra entidad afín. Finalmente una bendita noche escapé, y al poco tiempo de andar de viaje ya había comprendido que en vidas anteriores había sido un iniciado en los grandes misterios del paganismo, ya que tras ese nombre despectivo se ocultaba la religión más antigua y verdadera, aquella en la que mi propia alma se podía reconocer y regocijar a cada instante. Ya había leído por entonces todo San Anselmo y todo Santo Tomás, y en ninguno de los párrafos de ninguna de sus obras encontré nada que me comunicase lo que era Dios mejor de lo que lo hacía mi gato acechando una mosca. Descubrí que Dios es algo que está sucediendo en este mismo momento en cada rincón del Universo, y no la letra muerta aprobada en los concilios que la Escolástica cuidaba al detalle. Casi salto de felicidad. En contacto permanente con Dios, sabiendo que no había ninguna diferencia entre él y yo, me sentí valiente y sereno como todo ser inmortal consciente de serlo. Y puesto que al principio poco me importaba la suerte de la Iglesia como institución, me dedique a difundir todo lo que sabía sin guardarme nada. El precio que pagué por esto fue mi propia vida.

PAZ: ¿Nunca sentiste miedo?

BRUNO: Quizás un poco al principio, pero también íntimamente comprendía que por visiones como las que estaba teniendo bien valía la pena dejar al mundo el símbolo de la propia muerte en la hoguera, como varios siglos atrás Sananda había dejado el símbolo de su propia muerte en la cruz. Poco a poco el miedo fue tan sólo un recuerdo lejano; y pagar con mi propia vida no significó otra cosa que dedicar cada uno de mis días a difundir lo que sabía en mis entrañas que era verdad, pero no por capricho o por ansias de reconocimiento, sino porque la fuerza interna de esa verdad buscaba manifestarse, y ahora lo sigue haciendo, tras mi muerte y ascensión, a través de gente como vosotros.

PAZ: ¿Querés decir acaso que yo no soy tu único canal autorizado?

BRUNO: Cuando en vida me instalé en la ciudad de Helmsted, un amigo mío, Besler, escribía mientras yo me echaba en el sillón y le trasmitía las obras literarias. Podemos decir que siempre fui medio vago para sentarme a escribir. Lo de que actualmente no tenga cuerpo físico es apenas un detalle.

PAZ: Mencionaste tus vidas anteriores. ¿Recordás algunas otras?

BRUNO: Claro, para el caso fui tanto ellos como Giordano Bruno. Fui maya en Yucatán durante el período clásico, y también fui sacerdotisa en Lituania hacia el 1400, cuando los Caballeros Teutónicos creían acabar con el último bastión pagano en Europa. Esa fue la primera vez que morí quemada, pero el evento sucedió en mi pequeño pueblito de entonces. Ni siquiera me quemaron sola. Éramos como cuarenta “brujas” en una sola función y la noticia no corrió más allá de tres o cuatro aldeas aledañas. Entonces, cuando empecé a toser y a sentir como mi alma se desprendía del cuerpo y observaba con infinita compasión la terrible y pictórica escena desde unos veinte metros de altura, me dije: “la próxima vez sucederá a la vista de toda Roma y sólo después de haber intentado personalmente hacerle sentir al Papa que la verdadera religión consiste simplemente en reconocer y alabar a Dios en el interior de todas las cosas”.

PAZ: ¿Conseguiste hablar personalmente con él?

BRUNO. No. El gran inquisidor de entonces, Severina, hizo lo imposible por evitarlo. Para él fue aquella una existencia terrible, porque manejó los hilos del poder en el colegio cardenalicio y en el Santo Oficio durante todo el pontificado de Aldobrandini, y finalmente murió sin conseguir ser Papa, que era su sueño más profundo. Él también ha vuelto, pero no como maestro ascendido sino nuevamente en cuerpo físico. Ahora cumplió por fin su sueño y tiene en sus manos, como todos, la gran oportunidad para lograr ascender, después de cientos y cientos de vidas en el mismo plano. Y si resulta que su labor está fundamentada en el verdadero amor a Dios, ascenderán con él y gracias a él, miles de católicos más. El mensaje que le traigo es el mismo que tenía para el Pontífice de entonces: es preciso honrar y amar a Dios en todos los seres y en cada una de las cosas que están vivas en este mundo infinito, por lo que todos los evangelios juntos no valen absolutamente nada frente a la majestuosidad del viento soplando entre los arbustos, la canción que cantan las ranas esta noche, esa mujer desnuda riendo a carcajadas en el río o aquel niño orinando contra un árbol. Cualquiera que haya tenido un mínimo contacto real con Dios sabe que éste se encuentra al interior de cada uno, por lo que la pluralidad de sus manifestaciones no es motivo de difamaciones ni de enfrentamientos, sino la expresión de su mayor y más infinita riqueza. Dios no sólo juega a los dados, como comúnmente se ha dicho, sino que también hace el amor, corre en la pradera, se empapa bajo la lluvia estival, duerme la siesta y, sobre todo, toca el sícuri, puesto que necesita muchas cañas para que su aire se manifieste, para que de la conjugación del sonido de todas ellas juntas, vibre en armonía y bienaventuranza su música asombrosa.

PAZ: Ya voy entendiendo, querido Nolano, el tipo de cosas por el que finalmente decidieron retirarte de escena, pero aún hay una duda que subsiste: los hombres de la Inquisición, ¿entendían aquello de lo que hablabas?

BRUNO: Ahora que lo pienso, quizás no del todo, quizás me hayan quemado por las dudas, pero lo que sí seguro intuían era que yo aludía a algo más poderoso de lo que pretendía ser entonces el poder máximo sobre la Tierra. Y es que vuestra divinidad interior es tan grande como lo es vuestra idea del universo exterior, y yo hablaba descaradamente de un universo infinito en todas las direcciones. Aquellos que habían clavado primero a Sananda en el madero, y luego a todas las estrellas en una esfera fija y equidistante de la tierra en el centro de todo, temblaban ante la sola representación de una divinidad así de infinita con el centro en cada foco de conciencia, pues no había forma, ni la hay, de controlar o exigir el monopolio de tanta inmensidad.

PAZ: ¿Me decías que en otra vida anterior fuiste un maya durante el periodo clásico en Yucatán?

BRUNO: Así es.

PAZ: Bueno, justamente ahora, en estos tiempos, no se sí te habrás enterado, pero los mayas están nuevamente de moda por la cuestión ésta del calendario. ¿Tenés algún conocimiento previo en la materia?

BRUNO: Claro. Mientras vivía en París en el siglo XVI, se reformaba en el Vaticano el calendario juliano y nacía el nuevo calendario gregoriano, pero en ese entonces sucedió algo que muy pocos pudieron aprovechar. Gracias a la corrección papal, hubo diez días seguidos fuera del tiempo, y muchos pudimos colarnos a su interior.

PAZ: ¿Qué es un día fuera del tiempo?

BRUNO: Los días sin nombre o fuera del tiempo existen en todos los calendarios cíclicos, como siempre existe un pequeño negativo que contiene el origen de todas las imágenes de una enorme muestra internacional de fotografía. Vivenciando este negativo de la realidad instituida, descubrí mi vida precedente en territorio yucateco y con ello el uso sagrado de este sistema calendario, que en realidad es una suerte de criptografía pero abierta a todos, y cuyo mayor secreto desvelado es ser la combinación de un calendario tridimensional con otro de índole cuatridimensional, un pasaje entre ambas. A medida que experimentáis en carne propia, en espíritu propio, con esta combinación de los dos calendarios, empezáis a comprender que ya conocíais la cuarta dimensión, esta suerte de reino de las fantasías. Os alegráis de su existencia, ya que comprendéis que todos los deseos se materializan en alguna parte. Pero pronto descubrís también que esta tierra de sueños realizados puede volverse morbosa, lo que sucede a menudo cuando creéis que nada hay más allá de su manifestación. Pero por suerte, vuestro ser en cuarta dimensión es quien contiene en su cuerpo de luz, como si de una mesita de luz se tratase, la agenda con los números telefónicos de todos los seres arquetípicos que pueblan la quinta dimensión, y más allá aún.

PAZ: ¿Cómo es estar en quinta dimensión?

BRUNO: Aquí en mi morada, de una vez por todas, ya no hay más planes secretos ni deseos despojados de espíritu. En quinta dimensión se está del más puro, desinteresado y alegre servicio. Por ende, habitar la quinta dimensión, destino de vuestra especie, no es otra cosa que estar en contacto y comunicación directa y permanente con todos los rostros y voces de Dios. Es bueno recordar, entonces, que ésta no es una comunicación entre un adentro y un afuera, sino entre dos adentros de diferente alcance.

PAZ: Esta escisión entre dos adentros a la que hacés mención, ¿no podría acaso estar vinculada a algún tipo de esquizofrenia o disociación de la personalidad?

BRUNO: Por supuesto, pero en forma diametralmente inversa a como lo supones. El proceso de ascensión está encaminado a ponerle punto final a la esquizofrenia, que por otro lado afecta a casi toda la humanidad. El esquizofrénico tiene dos percepciones aisladas de sí mismo, y esto es lo que ocurre con todo ser fragmentado que no ha logrado identificarse con la totalidad de los seres. La apertura a nuevas dimensiones, por el contrario, es altamente curativa, pues ya no se toma partido por alguno de los fragmentos de la personalidad, como pretenden hacer aquellos que se llaman a sí mismos sanos, sino que se los integra en un todo común. El ser fragmentado permanece, pero ya sabe que es parte del ser total y completo.

PAZ: Por lo que voy viendo todo este sistema es un puente -o más bien un ascensor- diseñado por los mayas entre dos partes de nosotros mismos. ¿Por qué el Vaticano no acepta entonces la reforma del calendario gregoriano?

BRUNO: Porque casi todos los esfuerzos del poder eclesiástico están encaminados a dejar el cielo para el futuro y mantener el ahora preso en la materia, distrayéndolos con ello del potencial de vuestra mente una vez unificada con sus manifestaciones paralelas en dimensiones simultáneas, que son los territorios donde se crea la realidad. Recuperado tal poder, está claro que la realidad que resolváis manifestar ahora conscientemente podría no coincidir con los intereses de quienes hoy la instituyen y sostienen.

PAZ: ¿Es posible que una simple modificación en la forma de medir el tiempo cambie el mundo?

BRUNO: Como recordarás, el antiguo pastor y guía de caravanas Mohammed fue visitado en vida por el arcángel Gabriel. Entre ambos, arcángel y profeta, concibieron una nueva religión universal. Entonces, el pastor converso envió misioneros y estableció su propio calendario a contarse a partir de su propia huída a Medina. Este calendario fue la verdadera sangre que unió al Islam, tanto o más que la adoración a Alá como único Dios o que la lectura del Corán. El punto es que en menos de noventa años de instaurar el calendario, el poder musulmán se convirtió en el más grande de su tiempo e inauguró una era que duró ochocientos cincuenta años. Todo una lección para quienes, en vuestros días, aún dudan que una nueva forma de sentir el tiempo sea capaz o no de dar inicio a una nueva era.

PAZ: ¿No existe el riesgo, acaso, de que este nuevo calendario corra la suerte de los anteriores, en el sentido de que quien lo instituya, instituya con él un nuevo poder organizado en torno de sí mismo?

BRUNO: Si observas bien verás que vuestro actual calendario no hace más que saltar entre fechas arbitrarias y conmemorar, en los nombres de sus irregulares meses, a antiguas autoridades del Imperio Romano. El sistema de calendarios mayas, por el contrario, no parte de ningún suceso clave que se quisiera fijar en la mente de quien lo usa, ni tampoco rememora cada año una serie de batallas y otros sucesos secundarios que en vuestro mundo político es una prerrogativa de las naciones. Todo esto corresponde a la vieja energía. De lo que se trata más bien es de reemplazar todos los sistemas mnemotécnicos inconscientes por un juego consciente que no sólo os armonice con los ritmos naturales, sino que también pueda ser un punto de exploración colectivo de nuevas dimensiones.

PAZ: Mencionaste la interrelación entre los dos calendarios. ¿Cómo ocurre esto?

BRUNO: Los mayas usábamos unos veinte calendarios, pero hay dos que son clave para vosotros: uno es el Tun Uc, tridimensional, que da cuenta del orden cíclico y que no es otro que el famoso calendario de Trece Lunas de veintiocho días cada una con un día fuera del tiempo. El otro es el Tzolkin, calendario sagrado de base sideral que da cuenta del orden sincrónico de cuarta dimensión, y que está conformado por bloques de doscientos sesenta días cada uno, que son la combinación de veinte sellos solares con trece tonos galácticos, o bien la sucesión de veinte ondas encantadas de trece días cada una. Cada día del Tzolkin está codificado por un sello solar y un tono galáctico. Al sintonizaros con el kin o día, os sincronizáis también con el orden natural del Sol -estrella que se sitúa al interior de vuestra órbita terrestre- y con la Vía Láctea, galaxia que se sitúa al exterior de ella. Para esto sirve la utilización correcta del sistema de calendarios mayas: para que la tierra recupere su dirección, girando en órbita alrededor del Sol y a través de la galaxia; y no en medio de un caos de acontecimientos políticos y militares sin sentido.

PAZ: Esta bien. Me hablaste de uno y otro calendario, pero no me contestaste de que forma se interrelacionan entre sí.

BRUNO: En el tejido de un Tzolkin de doscientos sesenta días superpuesto a un Tun Uc de trescientos sesenta y cinco, se pueden encontrar cincuenta y dos portales de activación galáctica, que son donde más intensamente se comunican ambas dimensiones, puesto que cada portal de activación galáctica representa un banco de datos planetario que contiene la experiencia de tres jornadas consecutivas del Tun Uc. En estos días Tzolkin, por lo tanto, tenéis a vuestra disposición un mayor caudal de energía extradimensional, por lo que son propicios para establecer contacto con vuestros niveles superiores de conciencia hasta que, finalmente, os deis cuenta que son días ideales para establecer contacto con vuestro ser tridimensional, con el que ya no os identificaréis más. Esta será la señal de que habréis arribado a la cuarta dimensión.

PAZ: ¿Y la quinta dimensión? ¿A qué calendario corresponde?

BRUNO: En esta dimensión ya ha desaparecido por completo la ilusión del tiempo.

PAZ: ¿Y entonces? ¿Por qué no nos deshacemos del tiempo directamente? En definitiva, hoy mismo es raro que alguien no haya oído hablar del calendario maya, aunque para muchos no haya mucha diferencia entre su utilización y la utilización del horóscopo caldeo-babilónico o el chino, puesto que quieren saber las cualidades de los dragones, que ocurrirá con los vientos, que tal son como pareja las noches y las semillas, y todas estas cosas.

BRUNO: Es cierto lo que dices, sin embargo el nivel de la personalidad es tan necesario como los deseos del orden personal, de lo que hemos hablado al comienzo de nuestro diálogo, lo que no quita que el estudio profundo del sistema de calendarios mayas y su utilización más allá de los niveles de la personalidad, sea lo que muestre verdaderamente el acceso a vuestras capacidades mágicas tanto tiempo arrulladas por los cantos gregorianos del calendario del Vaticano. El punto clave de este sistema es que cada vez más y más entre vosotros comenzáis vuestras jornadas reconociendo las energías del día y participando así colectivamente -y en forma lúdica- de la activación de los pasajes interdimensionales bloqueados por la utilización de un tiempo artificial que os deja fuera de resonancia como instrumentos desafinados en una sinfonía caótica. La salida de este caos es, por lo tanto, una tarea en la que está implicada toda la humanidad, por lo que tarde o temprano todos sus miembros han de pasar por la cuarta dimensión.

PAZ: Muchos están de acuerdo con esta necesidad de circular entre las diferentes dimensiones, pero al mismo tiempo se dicen a sí mismos: “muy bien, pero ¿cómo me meto a vivir este sistema de calendarios mayas?” ¿Qué respuesta hay para ellos?

BRUNO: La forma más sencilla y efectiva es dejar lo más pronto posible de lado la cuestión de identificarse con tal sello solar o con tal tono galáctico según la fecha del nacimiento y empezar ahora mismo a vivir la onda encantada que se está desplegando. Una onda encantada es un período de trece días del Tzolkin, o de trece lunas del Tun Uc, a través de los cuales algo puede ser realizado o experimentado, otorgándole a cada uno de vuestros propósitos una integración eficiente de todas sus partes -forma, servicio, desafío, acción, trascendencia- al tiempo que os sincronizáis con quienes también pulsan en el tiempo cuatridimensional, llamando así la atención de aquello que os reúne y aceptando su invitación de vibrar al unísono. Quizás os preguntéis porque hablamos de esto justo ahora, por lo que es preciso decir que para la próxima luna se dará una importante coincidencia, ya que dos días antes del año nuevo gregoriano comenzará, sólo por esta vez casi en simultánea, un nuevo giro del Tzolkin. Éste es por lo tanto un excelente trampolín desde un tiempo muerto a otro creativo, una inestimable oportunidad de empezar a vivir la primer onda encantada de trece días que les dará la preparación necesaria para experimentar, luego del siguiente día fuera del tiempo, una verdadera onda encantada de servicio planetario de trece lunas de duración. Cuando queráis acordar, estaréis comunicados con todo el universo, y no tendréis más que decretar para que la realidad se modele según vuestros más íntimos deseos. 

PAZ: Todo esto me resulta muy interesante, seguro, pero voy a hacerte una pregunta bastante popperiana: ¿por qué todo este conocimiento es ignorado o despreciado por la ciencia actual?

BRUNO: Porque los científicos no se quieren mojar. La prueba científica se basa en que si uno sigue una determinada serie de instrucciones obtendrá siempre el mismo resultado. Y uno puede decir: muy bien, levántese antes que el sol, medite, practique Yoga, disminuya o evite el consumo de carne y tabaco, no prenda el televisor, camine por la montaña, báñese en el río, estudie el calendario de Trece Lunas, póngalo en práctica quizás al principio sólo experimentando una onda encantada; y después corrobore los resultados y las sincronías con otros que hayan seguido las mismas instrucciones. Está bien... uno no puede pedirle a nadie que medite para corroborar una serie de datos... pero ¿por qué un científico tiene derecho a pedirle a otro que mire por un microscopio o acepte sus cálculos matemáticos en base diez? Hace falta un determinado nivel de conciencia para acceder a ciertos sectores de la realidad, y éste no se alcanza estudiando teorías en la universidad, sino experimentando plenamente la vida. La meditación es la física y el sistema de calendarios mayas las matemáticas en base veinte de la nueva etapa científica que se avecina, pues será casi imposible comprender el origen y los mecanismos de la realidad sin conocer, simultáneamente, la implicancia de la propia mente en su conformación.

PAZ: Una última pregunta, Giordano: ¿qué va a ocurrir en el 2012?

BRUNO: Como decirlo... la gran mayoría de la gente dejará por fin de dormir un sueño donde ellos mismos no se reconocen como dioses, sino como alguna otra cosa que les hacen creer que son. Cosmológicamente, esta fecha será recordada, aunque no conmemorada, como la de la restauración de la mitología, y se irá aproximando a medida que cada uno de los dioses que sois descubra su participación y responsabilidad directa en la creación del Universo. Entonces, todos los suburbios se poblarán de choferes poetas, de centauros, de arquitectos hechizados por la luna. Y por último, se empezarán a vislumbrar iniciaciones mistéricas hasta en las zapaterías, y se manifestarán tantas divinidades que cada uno llegará a comprender que es su propio Dios. Más aún: que dentro suyo se esconde una mitología entera, una fauna celeste.

 

Copyright © 2017 Federico Paz. Todos los derechos reservados. Diseño y Desarrollo Web por: Diseño&Soporte